miércoles, 18 de julio de 2012

7. Bye bye China y Tibet oriental



Cuando leo cómo era China solo 30 años atrás y la veo ahora me cuesta creer que estemos hablando del mismo país. No creo que haya un país que se mueva tan rápido, que tenga tantas ansias de crecer y tan capitalista y consumista como China. Vayas por donde vayas hay algo en construcción, carreteras, casas, puentes… La carrera por el trono mundial está en marcha y China es favorita.
China es un país gobernado por EL partido donde los que están bien colocados y apadrinados quieren que las cosas sigan igual y aquellos que no, ansían un cambio. Lo cierto es que politiqueo aparte (incluyendo el asunto Tibet, Xinjiang y Mongolia interior) lo que nos hemos encontrado en China ha sido un pueblo muy simpático que casi siempre ha estado dispuesto a ayudarnos, que nos ha enamorado con su comida y enternecido con su amabilidad. Cosa parecida ha sucedido con los tibetanos, un pueblo fascinante y único donde la hospitalidad es una palabra sagrada y el coraje una respuesta al duro emplazamiento en el que les ha tocado vivir.
No todo ha sido de color rosa, por supuesto, pero eso se olvida, es parte del viaje.
Es una lástima que la comunicación con ellos haya sido casi inexistente. Incluso con el lenguaje corporal es difícil comunicarse en China, culturalmente somos tan diferentes… Pero las nuevas generaciones ya no son tan diferentes, empiezan a hablar inglés y les gusta el estilo occidental.
Sea lo que sea ha sido todo un placer pedalear de nuevo entre montañas y sentir esa sensación tan especial que se siente cuando se corona un gran paso.
Ahora vamos directos al desierto y a las estepas de ese país llamado Mongolia. Del país más habitado del mundo al de menor densidad de población. Un buen contraste, una buena razón para seguir viajando.



miércoles, 6 de junio de 2012

6. Rostros del Tibet oriental










5. Por los caminos del Amdo: Garze-Xining

La autopista del norte Sichuan-Tibet no presenta su mejor aspecto cuando salimos de Garze. Esta ha sido la tónica general de la travesía por el Tibet oriental



Se palpa que están viviendo un período de crecimiento, de renovación constante que afecta a todos los niveles de la sociedad chino-tibetana



Cuanto más nos adentramos en esta región del mundo más claro tenemos que esto no es China. Exceptuando los funcionarios y militares de turno aquí apenas hay presencia Han. Es bonito ver la arquitectura de los escasos pueblos por los que pasamos y comprobar que en la mayoría de los casos la palabra progreso no interesa, que aquí la gente vive casi como lo hacían los abuelos de los abuelos de los más mayores, que salvo unas motos y un cargador solar son pocas las intromisiones de la modernidad, del consumismo. También es cierto que es gente sin posesiones materiales porque simplemente nunca han tenido dinero, porque no lo han necesitado hasta ahora. La fiebre por el dinero de sus vecinos de las llanuras está contagiando poco a poco a este hasta hace poco “puro” pueblo


Los monasterios se están recuperando poco a poco de los recortes que la revolución maoísta trajo a los hombres del Dalai lama. En algunos de ellos vivían hasta 3000 monjes. Eran otros tiempos. Hoy en día se están reconstruyendo y poblando poco a poco, siempre y cuando “no constituyan un peligro para la integridad nacional”


Pero el budismo tibetano no es la única religión del lugar. Todavía hay seguidores de las viejas creencias pre budistas, indígenas. Son los “bonpos”, seguidores del “bon” y se les reconoce por los ropajes y el sentido en el que giran sus ruedas de oración


El camino discurre de valle en valle, de puerto en puerto. Es una zona muy bella, con verdes y moqueteadas colinas que albergan una casa por aquí y otra por allí…


… donde el agua aún es recogida de los fríos y abundantes riachuelos que bajan de las montañas…


… y la gente vive de los yaks y de ver pasar el tiempo


Los tibetanos tienen una costumbre que puede parecer sádica pero que es consecuencia de su propia supervivencia. A falta de madera para quemar y con un suelo pobre para enterrar, sus muertos son descuartizados y ofrecidos a los buitres, que acabarán con el cuerpo en cuestión de minutos llevándose con ellos no solo la persona sino las enfermedades que su descomposición acarrearía


Lo mismo ocurre con los yaks. Aunque en estos casos son los innumerables perros “salvajes” los que competirán con las aves de rapiña. Estos perros nos hostigarán sin piedad por unos 200km, los que llevan de Manigango a Serxu. Habrá que viajar con piedras en los bolsillos y hacerles frente cada vez que pasemos por sus dominios, un juego no muy divertido. Es una zona donde el gobierno está construyendo asentamientos con casas de cemento para ubicar a los miles de desplazados que el terremoto de Yushu dejó en 2010


Pero no solo son los perros quienes hagan este trayecto duro. Ni tampoco las ventiscas de granizo o nieve que nos sorprendan en varios pasos….


… ni la soledad…


Lo peor será el viento, mejor dicho, el VIENTO. El viento será una constante diaria, una auténtica sala de torturas, un consumidor de energía demoledor. Avanzaremos penosamente a 4-6 km/h, sin hablar, sin poder hacer nada, solo esperando que en algún momento nos dé una tregua que nunca llegará


Con esto han aprendido a convivir las gentes del Amdo, otra de las provincias tibetanas  olvidadas. Serxu es un auténtico zoológico humano, un regalo para la vista, una entrada directa a otro mundo



Y con el frío que el techo del mundo nos ofrece…


… superaremos los últimos escollos…


…con alegría…


… antes de llegar a la gran pleateau tibetana, que a pesar del nombre no nos librará ni de más puertos ni de más viento. Madoi nos recibe con sus lagos y poco a poco iremos viendo menos casas, menos pueblos hasta que llega un momento que los gorros musulmanes sustituyan a los rostros tibetanos.




Todo cambiará, las gentes, las ropas, las casas, la comida…y al final del túnel se encuentra Xining, capital de la provincia de Qinghai. Tras un mes en las alturas bajar a los 2300m de Xining es sinónimo de calor y sobretodo….de rica comida, de esa que nos gusta a los ciclistas cuando ha habido época de penurias


Descansar será lo único que busquemos y tras la experiencia en China con las obras, las minas, los camiones, etc, hemos decidido tomar un tren hasta Beijing. Cambiamos 2000km de miseria por un paseo que no estaba en los planes: Mongolia. Pero esa será otra historia...

domingo, 20 de mayo de 2012

4. Por los caminos del Kham: Shangri La - Garze

Instalados y aclimatados debidamente en Shangri La y con la certeza de que los checkpoints (controles policiales) que nos esperan están definitivamente vacíos, nos preparamos para un duro pero bello trayecto por las montañas, valles y gargantas del la provincia tibetana del Kham.
Nos despediremos poco a poco de los frondosos bosques,


ya que poco a poco grandes macizos montañosos nos darán la bienvenida. Es un placer para la vista ver de nuevo montañas nevadas, sentir el silencio de la naturaleza y la tregua de los camiones

Aunque no es fácil ya que en medio se nos cruza el Daxuenchan Pass, un vía crucis de piedras y arena que hará que sucumbamos ante él…



… a cambio del más espectacular tramo del trayecto


La escasez de pueblos y vida humana nos dice que vamos adentrándonos en territorios poco tocados por la modernidad. Sin embargo cuando menos te lo esperas eres sorprendido por regalos como este, burbujas de vida en medio del polvo y la solitud


A partir de ahora iremos de valle en valle, de garganta en garganta, casi siempre burlando la difícil orografía siguiendo los cauces de los ríos, donde se asientan pequeños pueblos tibetanos que nos maravillan con sus elaboradas casas


Pero para ir de valle en valle hay que superar puerto tras puerto. Es en esas largas subidas cuando más paz se respira, donde uno puede oír susurrar los yaks o sentir el gélido y cortante abrazo del viento…


…. sabiendo que al menos en algún momento podrás volar hacia el valle sin pedalear…



La población local hace días que nos saluda con su Tashidelek! y nos deleita con sus ropajes


… hasta que llegas al centro operativo y de comercio de las tribus Khampas de la zona: Litang, una de las poblaciones más altas del mundo. 
Litang es una réplica del lejano oeste. Las motos han sustituido a los caballos y muchos tibetanos y tibetanas parecen traídos de las lejanas planicies de Norteamérica o Mongolia. Sentimos verdadera fascinación por la vestimenta y trazas de esta dura gente del Kham.


La población es extremadamente religiosa. Parece inconcebible un Tibet laico


Litang presume de tener uno de los monasterios más antiguos del Tibet, cuna de 2 Dalai Lamas. No creo que sea un motivo de orgullo… pero aquí lo que se trata es de llenar la barriga y hacer el paripé

La suerte nos ha ido acompañando con el tiempo. Y menos mal. Otros cicloviajeros que nos han precedido las han pasado canutas. Venir en mayo te da más opciones de librar el infierno. Pero hay que tener mucha suerte para esquivarlo siempre. Algo no bueno se mascaba ahí delante cuando íbamos en dirección a Garze…


… y a 4300m las tormentas son primero de granizo y luego de nieve. Y pocas veces hemos estado tan agradecidos a una ventisca de nieve. Gracias a ella recalamos en una remota aldea donde fuimos acogidos por una numerosa y hospitalaria familia tibetana que nos regaló dos días de ensueño


Tras superar el último paso llegamos a un punto donde los ríos marcan el único camino posible


Y remontar el río Yalong será el último obstáculo hasta Garze, población invadida por monjes y militares.



En todo este trayecto desde Shangri La hemos venido solos. Las decenas de entusiastas ciclistas chinos que nos habíamos encontrado previamente los dejamos atrás. Ellos iban todos a Lhasa. Hoy en día, desgraciadamente, es imposible viajar de forma independiente a Lhasa así que preferimos no ir a ir con una agencia china. El día que abran la prohibición Lhasa será invadida por cientos de ciclistas extranjeros, que tampoco sé qué es peor…
La gente de la calle es muy agradable, nos sentimos a gusto y con ilusión por seguir hasta Xining. Pera esa es otra historia…

3. Los tibetanos

Hablar del Tibet no es fácil. Occidente lo asocia a algo romántico, místico, al entrañable Dalai Lama… pero qué hay de cierto en todo esto? Es el Dalai Lama ese personaje inofensivo que sacrifica su vida por una causa noble? O hay toda una campaña planificada y dirigida por el imperialismo para luchar contra el comunismo?
Resumiendo muchísimo, la cosa es que durante siglos los monjes se hicieron con el control absoluto del Tibet. El poder se concentró en los Dalai Lamas, o lo que es lo mismo, en dictadores feudales que poseían toda la riqueza y tenían al pueblo sometido a un régimen de esclavitud. Con la llegada de Mao a estos dictadores feudales se les acabó el chollo y ayudados y financiados por la CIA trataron de recuperar sus privilegios desde el exilio. Hablar pues de la liberación del Tibet es hablar también de la liberción del pueblo de los Lamas...
Hoy, el actual Dalai Lama se presenta ante el mundo como un hombre sagrado a quien no le interesan las cosas materiales. La realidad es que fue el principal dueño de siervos del Tibet. Según la ley era dueño de todo el país y de sus habitantes. En la práctica su familia disponía de 27 fincas, 36 prados, 6.170 siervos y 102 esclavos domésticos.

No voy a hacer propaganda comunista porque no creo que Mao fuera un santo pero merece la pena leer un interesantísimo artículo que desenmascara a este farsante de mierda llamado Dalai Lama. Es un artículo que entre otras fuentes cuenta con documentos desclasificados de la propia CIA. Recomiendo leerlo de cabo a rabo:

Para los tibetanos el mapa del Tibet no coincide con el que marca Beijing. Las provincias de Tibet oriental, hoy bajo administración de Yunnan, Sichuan y Qinghai, oficialmente no pertenecen a la “Región Autónoma del Tibet”, aunque cualquiera que se dé una vuelta por aquí reconocerá que esto es más tibetano que el tsampa. No hay más que ver la gente, las ropas, la lengua, las casas…


Los tibetanos son en general buena gente, muy curiosa, alegre, ignorante, 

guapa...

… y tremendamente religiosa, siendo los monjes un verdadero poder fáctico


Las casas tibetanas son espectaculares y cambian de valle a valle. La mayoría están sólidamente construidas, usando piedra, madera y barro. Muchas perecen fortalezas con ventanas ricamente decoradas….



… al igual que sus interiores, sencillas pero acogedoras estancias donde la vida gira en torno al fuego alimentado con excrementos de yak…

… cuya leche y mantequilla son usadas para hacer té o tsampa, el plato “nacional” tibetano. Los tibetanos son pobres y su economía se fundamenta en la agricultura de subsistencia. A semejante altura sus posibilidades son escasas y las cabras, caballos y yaks son el cordón que les une a la vida...